Cuando emprendemos la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, ya sea por primera vez, o tengamos experiencia laboral en uno varios campos específicos, el momento de la entrevista de trabajo suele llenarnos de tensión o preocupación, porque implica que ya se han aprobado algunos filtros y este es uno de los más significativos para conseguir un empleo. Así pues, hay una serie de errores que pueden cometerse como producto de los nervios y proyectar una imagen equivocada, minimizando tus capacidades técnicas y aptitudes intelectuales. Te recordaremos cuáles son los más frecuentes y en los que debes trabajar si crees haberlos cometido en una entrevista para un cargo en el que tenías bastante interés.
1. La primera impresión. Pareciera que no, pero la llamada telefónica por la que te contactan, dice mucho sobre tu interés en la vacante. Debes estar atento al teléfono que diste como contacto, contestar de forma cordial y profesional. Si realmente te interesa, muestra tu entusiasmo. Si tienes inquietudes sobre la vacante y la persona que te contactó está dispuesta a resolverlas, aprovecha y manifiéstalas. Pero, deben ser aspectos sencillos y concretos, puesto que, estás disponiendo del tiempo de trabajo de otra persona.
2. Impuntualidad. Este es uno de los errores que más anulan las posibilidades de consecución de un empleo. Si en alguna ocasión, has llegado a una entrevista y te han hecho esperar, es porque con seguridad, una persona impuntual estaba programada antes que tú y al demorarse, está disponiendo de tu tiempo y del de los entrevistadores. Entonces, hay que evitar ser como esa persona. La impuntualidad refleja desorganización y poca capacidad de previsión de situaciones comunes como dificultades en el tráfico o emergencias de último momento. Sobre todo, porque hoy en día a través de la aplicación de Mapas de tu teléfono, puedes prever si hay alguna situación que te pueda dificultar la llegada a tiempo.
3. Falta de confianza en uno mismo. Cuando se considera que no se tiene la experiencia o conocimientos suficientes, o se ha sido rechazado con anterioridad, es frecuente sentirse inseguro. Sin embargo, debes ir con la certeza de que, si te han llamado a entrevista es porque consideran que cumples con los requerimientos del perfil. Además, debes recordar que has cumplido con una trayectoria profesional significativa y que cuentas con múltiples habilidades para aprender y capacidades para adaptarte, sumado a las aptitudes profesionales que le puedes aportar a un equipo de trabajo. Entonces, si te piden hablar de tus capacidades, no escatimes en contar cuáles son tus aspectos positivos para el cargo que aspiras.
4. Mala presentación personal. Está claro que la apariencia no lo es todo. Sin embargo, debes revisar a qué tipo de empresa vas a presentarte para la entrevista. Los trabajadores son –en muchos casos – la cara de la empresa. Si es una organización que proyecta seriedad y compromiso, no podrás asistir con una apariencia desaliñada o mostrando rebeldía, lo que sería correcto, si se tratara de una empresa cuya imagen ante la sociedad refleja pasión por la creatividad y las ideas disruptivas. En cualquier caso, debes cuidar aspectos como cabello organizado y uñas limpias, evitar excesos en maquillaje (que pueden no jugar a tu favor en climas cálidos o húmedos) y perfume.
5. Lenguaje corporal descuidado. Tu postura, la forma como manejas tus manos y posicionas tus pies o piernas, dice mucho de ti. Por tanto, hay que entrenarse para evitar hábitos como tocarse con frecuencia la cara o el cabello, cruzar las piernas, mirar constantemente al suelo o hacia abajo. Pero, sobre todo, manías como sentarse en mala posición y balancearse en la silla que te indican, deben ser eliminados de manera radical. Debes tener una buena postura y mantener el contacto visual, en tanto sea posible.
6. Respuestas evasivas. Si quieres algo, debes tener la certeza de por qué debes conseguirlo. Entonces, si quieres un empleo, debes saber qué contestar cuando te pregunten si te interesa el cargo y por qué quieres hacer parte de esa empresa. Debes prepararte para tener una conversación en la que puedas emitir respuestas estructuradas, contar experiencias positivas en trabajos anteriores y en tu formación profesional, sin caer en hablar demasiado. Si tienes interés en el empleo, debes tomarte el tiempo de investigar sobre la empresa, sus principios, valores, cultura y su aporte en la sociedad, para no llegar a la entrevista a improvisar, sino a enfocarte en transmitir todo lo que, desde tu capacidad profesional puedes aportar.
7. Interrupciones. Elementos como el teléfono deben estar en silencio. También es pertinente evitar interrumpir al entrevistador, dado que, este te hará una breve introducción a lo que concierne el cargo y su importancia en la organización. Si tienes preguntas, debes esperar a que te den el espacio para realizarlas. Por eso, aspectos como el salario, los tiempos de pago y las vacaciones, deben esperar hasta que se presente el momento oportuno, si no te los aclaran durante la presentación.
8. Actitud negativa. Una buena actitud puede abrir puertas. Si tu primer comentario es una queja hacia el mal clima, el tráfico pesado o estar teniendo un mal día, el diálogo con el entrevistador no empezará de buena manera, porque se trata de una conversación para conocerte a modo general, no una terapia psicológica de desahogo o manejo de la ira. Una buena actitud- a pesar de condiciones externas negativas- demuestra inteligencia emocional, una cualidad que puede llegar a tener más importancia que la experiencia y los conocimientos técnicos. Sobra recordar que está prohibido hablar mal del trabajo, jefe o empresa anterior, porque debes demostrar que tienes madurez profesional para aprender de los errores, de las malas experiencias y puedes enfocarte en lo positivo, siendo una persona amable y digna de confianza.
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