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¿Cómo evitar la procrastinación mientras trabajas en casa?

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia, procrastinar significa diferir o aplazar. Sin embargo, la procrastinación sucede cuando una o varias actividades son necesarias, pero resultan tediosas o desagradables de desarrollar. Entonces, ejecutamos otras más sencillas, que nos gustan más – en la mayoría de los casos, son de menos importancia - y terminamos llenos de estrés y angustia, con la culpa de no cumplir los deberes.

Todos hemos procrastinado en muchos momentos, lo que puede ser considerado normal. Pero, debemos evitar que se convierta en hábito, porque puede ser la manifestación de un trastorno de ansiedad si te desesperas muy rápido y necesitas cambiar de actividad constantemente; o si hay algún problema de autoestima, si sientes que eso que tanto estás aplazando puede llegar a ser superior a tus capacidades. O bien, puede ser un compromiso que no quisiste adquirir, pero, no tuviste la fortaleza para decir que no lo llevarías a cabo. De cualquier manera, queremos compartir algunas herramientas que nos han resultado efectivas para evitar la procrastinación y esperamos que te sean de utilidad.

1. Programa tus tareas más importantes para las horas en las que sabes que tienes mayor productividad. El teletrabajo puede otorgarte la ventaja de trabajar en la noche o muy temprano en la mañana, si eres de las personas que necesita total silencio y tranquilidad para trabajar, y este horario es en el que te acomodas mejor. Sobre todo, si eres susceptible a que durante el día te interrumpan tus hijos, tus mascotas o las personas con las que vives. O bien, porque trabajando desde casa se debe dedicar más tiempo a labores que impliquen ordenar y asear.


2. Si percibes una actividad como muy compleja o que te puede tomar más tiempo del que quisieras dedicarle, puedes trazar un plan para trabajar e ir haciendo pausas. Por ejemplo, estipular qué tanto puedes avanzar en una hora. Una vez terminado ese tiempo, evaluar qué tanto avanzaste y proponer otra fracción de tiempo para continuar. De esta manera, vas cumpliendo pequeños objetivos y empiezas a sentirte cómodo con el desarrollo de la tarea, hasta que la terminas.

3. Elimina distracciones. Así es; no se trata de evitarlas, sino de eliminarlas. Prográmate para no revisar redes sociales, correos electrónicos y recibir llamadas (a menos que sean estrictamente necesarias), durante el tiempo en que hayas establecido que vas a desarrollar una actividad. Si con tu equipo de trabajo te comunicas permanentemente por WhatsApp, estima periodos de tiempo para revisar: cada quince minutos o media hora contestas, solucionas y sigues con lo que estabas haciendo.


4. Recuerda qué sucederá si no haces el trabajo. Esta es la mejor forma de evitar distraerte o hacer cosas menos importantes. Aunque, muchas veces la misma actividad puede generar temor, si hace parte de tu trabajo es porque tienes las habilidades para desarrollarla y si te tomas tu tiempo para aprender al respecto, resolviendo dudas a través de TIC’s, o consultando con algún compañero que tenga conocimientos sobre el tema. Ahora bien, si no te gusta la actividad que estás desarrollando, hay que aplicar el conocido refrán “al mal paso, darle prisa”. Mientras más te demores en terminar tu tarea, más tiempo deberás lidiar con esa carga mental.

5. El momento perfecto es ahora. Es común que pienses que mañana será el día óptimo para realizar esa tarea que estás posponiendo. Pero, cuando llega mañana, sigues con las mismas excusas y puede que sin empezar tu actividad. Esto se basa también, en las expectativas que tenemos del trabajo; si es muy fácil se genera resistencia porque parece tan sencillo que da pereza, pero, si es muy difícil y requiere de mayor esfuerzo, la resistencia se genera al pensar que requerirás demasiados recursos para llevarla a cabo. Entonces, la solución es que te plantees una recompensa para cuando hayas terminado esa actividad que tanto te ha costado. Puedes programarte para pedir un domicilio de tu restaurante o heladería favoritos y darte un gustito. O, simplemente descansar en el sofá mientras ves una serie, lees un libro o te entretienes mirando tus redes, sin seguir con la carga mental de la tarea pendiente.

Si has descubierto que procrastinar se ha convertido en un hábito y te cuesta ejecutar labores como: lavar la ropa, cortarte el cabello, estudiar algo que consideras difícil, e incluso tomar decisiones importantes para tu futuro, como aprender un idioma que necesitas, elegir una carrera o un posgrado, buscar o cambiar de empleo, enfrentar una situación difícil a nivel emocional y no tienes la suficiente voluntad para intentar cambiarlo, debes considerar asistir a terapias con un profesional en psicología, así puedes determinar cuál es la causa por la que no te sientes capaz de ejecutar tus proyectos.


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